Seguro
que has escuchado cientos de veces a alguien hablar sobre las
famosas grasas saludables o grasas buenas, a algún compañero o
compañera de trabajo o a ese amigo o amiga que le gusta cuidarse y
lleva un estilo de vida saludable.
Pues bien, las grasas buenas
reciben el nombre técnico de grasas insaturadas y se les
llama grasas buenas porque contribuyen
al correcto funcionamiento del corazón entre otras muchas
funciones.
Las grasas insaturadas pueden ser de dos tipos, poliinsaturadas y monoinsaturadas.
Grasas poliinsaturadas
Las
grasas poliinsaturadas son esenciales, eso quiere decir que el
organismo del cuerpo humano no las puede sintetizar por si mismo y
necesita de su aporte mediante la alimentación.
Las grasas poliinsaturadas pueden ser de dos tipos: Omega 3 y Omega 6.
Omega 3
Los
ácidos grasos omega 3 son fuente de ácido linoléico, presente en
mayor medida en los pescados azules como el salmón, sardinas,
caballa, atún, anchoas, trucha o arenque, en los mariscos como
gambas, ostras y mejillones, y también se encuentran en aceites de
semillas, aceite de oliva virgen, la yema del huevo y verduras de
hoja verde.
Omega 6
Los
ácidos grasos omega 6 son fuente de ácido linoléico presente en
aceites vegetales de semillas como el de girasol, soja, cártamo o
maíz.
Consumiendo
grasas poliinsaturadas (siempre en su justa medida) en lugar de las
temidas grasas saturadas, estaremos contribuyendo a regular los
niveles de colesterol total y el colesterol LDL (colesterol malo).
En
el caso de padecer colesterol alto, las grasas poliinsaturadas
ayudarán a bajar los niveles a valores normales siempre y cuando se
deje de consumir grasas saturadas.
Además
de contribuir en la reducción de los niveles de grasa, consumir
ácidos grasos omega 3 ayuda a impedir que se formen placas en el
interior de los vasos sanguíneos, y esto nos protegerá de posibles
enfermedades cardiovasculares.
Debido
a todos sus beneficios, se recomienda consumir pescado azul entre una
y tres veces por semana.
Grasas monoinsaturadas
Las
grasas monoinsaturadas son consideradas las más saludables para
nuestro organismo ya que juegan un papel muy importante en la
asimilación de las grasas, y además se encargan de evitar la
acumulación de grasa en zonas localizadas como el abdomen.
Este tipo
de ácidos grasos benefician mucho a nuestro organismo, ya que
facilita la asimilación de las grasas permitiendo que el organismo
las aproveche al máximo y eso evita que se acumule en zonas de
nuestro cuerpo como el abdomen, cintura, etc.
Los ácidos grasos monoinsaturados también son conocidos como "omega 9".
Omega 9
Los
ácidos grasos omega 9 son fuente de ácido oleico. Los alimentos que
más cantidad de este tipo de ácido graso contienen son el aceite de
oliva virgen, las aceitunas, el aguacate, los frutos secos en
especial las nueces, las semillas de lino, etc.
Al
igual que ocurre con las grasas poliinsaturadas, hay que incluir
grasas monoinsaturadas en nuestra dieta para aprovechar todos sus
beneficios, pero siempre en su justa medida.
De esta forma, nuestro
organismo asimilará mucho mejor las grasas y evitará la acumulación
de esta en zonas localizadas de nuestro cuerpo.
Lo
más aconsejable es llevar un estilo de vida saludable con una
alimentación sana, variada y equilibrada y practicar ejercicio a
diario para gozar de buena salud en general.
Una muy buena opción
para asegurar que estamos consumiendo la cantidad adecuada de estos
ácidos grasos esenciales es mediante la suplementación.
Los suplementos de omegas son la mejor opción para aportar
la cantidad diaria recomendada de ácidos grasos a nuestro organismo,
ya que contienen una mezcla única de aceites de pescado y vegetales
que aporta una combinación optima de omega 3, omega 6 y omega 9.
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