Tras las vacaciones de verano, no nos queda más remedio que volver a la realidad y afrontar la rutina diaria de nuevo. Durante los meses de verano nos dejamos llevar por nuestros instintos y dejamos a un lado la dieta y el ejercicio, pero ahora toca arreglar todo eso. Es hora de volver a retomar nuestra rutina de trabajo y hacerse el ánimo de volver al gimnasio, ya que cuanto más tiempo pase, más nos costará hacerlo. Te damos unas pautas para que la vuelta a la realidad no sea tan drástica.
Durante las vacaciones has desconectado de todo y le has dado un gran respiro a tu cuerpo, los músculos han descansado y ya están preparados para volver a entrenar y notarás que responden mejor. Empieza progresivamente a hacer ejercicio y en pocas semanas ya estarás al mismo nivel donde lo dejaste.
Se optimista y no te dejes llevar por la pereza o por el cansancio que sientas los primeros días después de los entrenamientos. Recuerda lo bien que te sentías al salir del gimnasio antes de hacer el parón veraniego.
Marca nuevos objetivos, pero que sean razonables. Seguro que durante las vacaciones te has fijado nuevos objetivos a medio o largo plazo, ya que estabas mucho más optimista y esperanzadora. Pues bien, ha llegado el momento de fijar esos objetivos y empezar a luchar para conseguirlos.
Si crees que te va a dar pereza ir al gimnasio cuando llegues a casa después del trabajo, evita ese paso, llévate la mochila del gimnasio al trabajo y ve directo. De esta forma evitas el momento en que llegas cansada a casa y empiezas a dudar entre si vas o no al gimnasio.
Planifica tus entrenamientos de forma razonable y no tengas prisa en arreglar todo lo que has hecho mal este verano. Ya sabemos que te has saltado la dieta, pero eso no lo vas a arreglar en dos días. Ten paciencia y no te obsesiones con los resultados, es la mejor forma de afrontar las cosas.
Retoma los buenos hábitos alimenticios. Quítale el polvo a tu dieta o mejor aún, pide a un experto que te prepare una nueva para empezar con mas ganas y más motivada. Las cosas nuevas siempre nos motivan más.
Durante las vacaciones has desconectado de todo y le has dado un gran respiro a tu cuerpo, los músculos han descansado y ya están preparados para volver a entrenar y notarás que responden mejor. Empieza progresivamente a hacer ejercicio y en pocas semanas ya estarás al mismo nivel donde lo dejaste.
Se optimista y no te dejes llevar por la pereza o por el cansancio que sientas los primeros días después de los entrenamientos. Recuerda lo bien que te sentías al salir del gimnasio antes de hacer el parón veraniego.
Marca nuevos objetivos, pero que sean razonables. Seguro que durante las vacaciones te has fijado nuevos objetivos a medio o largo plazo, ya que estabas mucho más optimista y esperanzadora. Pues bien, ha llegado el momento de fijar esos objetivos y empezar a luchar para conseguirlos.
Si crees que te va a dar pereza ir al gimnasio cuando llegues a casa después del trabajo, evita ese paso, llévate la mochila del gimnasio al trabajo y ve directo. De esta forma evitas el momento en que llegas cansada a casa y empiezas a dudar entre si vas o no al gimnasio.
Planifica tus entrenamientos de forma razonable y no tengas prisa en arreglar todo lo que has hecho mal este verano. Ya sabemos que te has saltado la dieta, pero eso no lo vas a arreglar en dos días. Ten paciencia y no te obsesiones con los resultados, es la mejor forma de afrontar las cosas.
Retoma los buenos hábitos alimenticios. Quítale el polvo a tu dieta o mejor aún, pide a un experto que te prepare una nueva para empezar con mas ganas y más motivada. Las cosas nuevas siempre nos motivan más.